miércoles, 20 de agosto de 2014

San Bernardo y aita

La visión de San Bernardo
Pietro Perugino, 1488
alte Pinakothet, Múnich 
Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de Vos. Animado por esa confianza a Vos también acudo, oh Madre, Virgen de las vírgenes y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a comparecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén

No hay comentarios:

Publicar un comentario